DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO
Primera lectura: Isaías 45, 1.4-6; Salmo 95, 1.3.4-5.7-8.9-10; Segunda lectura: 1 Tesalonicenses 1, 1-5b ; Evangelio Mateo 22, 15-21.
Hoy iniciamos nuestra reflexión con la segunda lectura. En primer lugar, el apóstol tiene una actitud eucarística: "Siempre damos gracias" (v.2) por lo que Dios va obrando entre los tesalonicenses. Esa es la actitud a la que estamos llamados todos los creyentes: saber dar gracias por lo que Dios va obrando en su pueblo.
Por otro lado, en esta lectura "Probablemente, es el texto más antiguo del NT donde parece la enumeración de lo que llamamos "las virtudes teologales", en este orden: FE, CARIDAD, ESPERANZA" (M. Iglesias S.J., Nuevo testamento, p. 804). Y hay que reconocer que la fe es activa, es decir, que se traduce en obras concretas, el esfuerzo del amor, y leído en griego refiere a ese esfuerzo incomodo en búsqueda de un bien. A veces el amor es duro, fatigante y exige sacrificios. Y finalmente el aguante de la esperanza, entendiendo como su cualidad distintiva: una esperanza que aguarda el encuentro con Jesucristo en la vida eterna.
En la primera lectura vemos esas palabras que Dios, el Señor, dirige a Ciro. Pero antes brevemente hay que saber quién era Ciro para entender la lectura. El Ciro del que hablamos es Ciro II (600-530 aC), persa, que libero a los judíos de la cautividad babilónica, es el que decreta la reconstrucción del templo de Jerusalén. Era el libertador del pueblo.
En la lectura vemos que el Señor (Dios) se dirige a su "ungido" Ciro. Ciro es un anticipo de Cristo que viene a liberar de los poderes de este mundo al pueblo elegido. En esa línea podemos decir que Cristo es el "nuevo Ciro", que va más allá, no nos libera sólo de los poderes perversos de este mundo sino del poder del pecado y de la muerte.
Pero hay un detalle más: más allá del poder humano y mundano está el poder de Dios que rompe toda barrera. En la medida que reconozcamos al único Dios verdadero seremos libres de verdad.
Y el evangelio también hay que contextualizarlo para entenderlo. Algunos enemigos de Jesús buscaban indisponerlo con la autoridad romana para alinearlo con los zelotes (Cf. M. Iglesias S.J., Nuevo testamento, p. 137). Pero Jesús "Comprendiendo su mala voluntad" les responde con maestría.
¿Qué quiere decir Jesús con "Pagadle al César lo que es del César y a Dios los que es de Dios"? Que hay que saber cumplir nuestras obligaciones como ciudadanos y darle a Dios nuestro tributo personal. Es así como se cierra el círculo de las lecturas. ¿Qué espera Dios que nosotros le tributemos?: nuestra fe, caridad y esperanza. Dios no espera que nos humillemos ante el poder opresor, sino que nos dejemos liberar por el poder del Mesías.
Termino refiriéndome a una homilía de Benedicto XVI en la que cita a san Agustín: "Y san Agustín utilizó muchas veces esta referencia en sus homilías: «Si el César reclama su propia imagen impresa en la moneda —afirma—, ¿no exigirá Dios del hombre la imagen divina esculpida en él? (En. in Ps., Salmo 94, 2). Y también: «Del mismo modo que se devuelve al César la moneda, así se devuelve a Dios el alma iluminada e impresa por la luz de su rostro… En efecto, Cristo habita en el interior del hombre» (Ib., Salmo 4, 8)." (16 de octubre del 2011)
¡Buen Domingo en la presencia del Señor!
P. Martín
"Devuélvete alma mía a tu Dios" 🙏
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