SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

 Primera lectura: Ezequiel 34, 11-15.15-17; Salmo 22,1-2a.2b-3.5.6, Segunda Lectura: 1 Corintios 15, 20-26. 28, Evangelio: Mateo 25, 31- 46.

¡NUESTRO REY!

Esta fiesta no es tan  lejana en la historia. Fue instituida por el papa Pio XI 11 de diciembre de 1925 a través de su encíclica Quas Primas y se celebra el último domingo de octubre, domingo anterior a todos los santos*. Actualmente, con la reforma del año litúrgico del año 1969 para al domingo XXXIV del Tiempo ordinario con el grado de solemnidad.

La segunda lectura de la misa de este domingo dice "Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies". Es una expresión combativa y victoriosa, reflejo del salmo 109, 1 que manifiesta la victoria del Mesías. Contemplamos al REY SOBERANO.

Hoy en día es difícil entender la institución de la monarquía o hablar de un rey porque ya es una institución “desfasada” en el momento actual de nuestra historia; sin embargo, a lo largo del tiempo se ha podido ver que el rey y la monarquía absoluta tenían sobre los ciudadanos una capacidad de soberanía sobre los suyos. Por lo tanto, hablar hoy del Rey nos tiene que situar en un positivo sentido adhesión y obediencia respecto de Cristo, no una sumisión opresiva, no una opresión en el sentido negativo, sino una adhesión en el sentido más positivo de la palabra. ¿De qué enemigo habla la segunda lectura? Del poder del mal, el pecado, ese poder sutil pero destructivo. Es Cristo, el Rey, el qué el que nos cuida el que nos cuida y garantiza la felicidad eterna.

Además de esta visión de la segunda lectura, en la primera lectura vemos la imagen del REY PASTOR. Un pastor que a su vez es rey y que cuida a sus ovejitas, les da atenciones, salud y pone todo de su parte para que ninguna ovejita se escape ni se pierda. En el antiguo testamento vemos que, lastimosamente, el reinado político cada vez estaba más desprestigiado y la expectativa de los judíos se da en un rey mesiánico. Esto lo vemos claro desde la esclavitud babilónica en donde esperan un Rey Dios. (No quiero entrar a terrenos que no son el objeto de esta reflexión, pero cuán parecida a nuestra realidad que estamos pasando).

En Ezequiel 34, desde el versículo 17 en adelante (continuación de la primera lectura, que no hemos escuchado hoy) se habla del juicio a las ovejas y calza perfectamente con lo que nos muestra el Evangelio en el que  contemplamos al REY JUEZ que le indica a las ovejas de su derecha que pueden entrar en el reino aquellos que son los benditos de su Padre porque han realizado aquellos actos caritativos en favor de los pequeños y humildes.

Por lo tanto, el juicio final se dará sobre los actos de Caridad que hayamos realizado no sólo en el sentido asistencial, que es valioso e importante, sino en el sentido más completo de la palabra la Caridad al prójimo: saber darnos a los demás, no sólo dar cosas a los demás. Cada vez que lo hacemos, lo hacemos al mismo Jesús, por eso benditos de mi padre aquellos que han hecho la Caridad con los demás.

A las ovejas de la izquierda de este Rey juez serán los malditos, los que irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. A los malos se les dará el castigo eterno y a los justos la vida eterna. Aquí pienso y apelo a la misericordia de Dios, pienso que es muy difícil no querer hacer ni desear nada bueno por Dios y por los demás, pero advertidos estamos.

Las lecturas nos quieren mostrar, en primer lugar, que Cristo es Rey soberano de todo y de todos. Todo tiene que estar gobernado por Él, incluyendo nuestros pensamientos, palabras y obras. Cristo es el Rey juez,  Él le da la medida de juicio a todos los acontecimientos de la humanidad, de la historia y de cada uno de nosotros considerando que el criterio de juicio es el amor a Dios y el amor al prójimo. Cristo es Rey pastor que ha dado la vida por las ovejas y ha procurado todos los cuidados para nosotros al punto de sacrificar su propia vida para rescatarnos del pecado y de la muerte.

Hoy nos podemos preguntar ¿Cristo es el Señor de mi vida? ¿Cristo es el soberano de mis pensamientos, palabras y obras? ¿Cristo es quién gobierna e inspira todos los actos que hago o al contrario Cristo sólo es Señor cuando lo necesito?

Este es un buen domingo para renovar esa adhesión a nuestro Rey, para renovar nuestra lealtad a ese soberano, para dejarnos guiar por ese Pastor. ¡VIVA CRISTO REY!

¡Buen Domingo en la presencia del Señor!

P. Martín

* Digo “se celebra” porque así es en la forma extraordinaria del rito romano actualmente.

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