SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

 Primera lectura: Isaías 40, 1-5.9-11; 64, 2b-7; Salmo 84, 9ab-10.11-12.13-14; Segunda lectura: 2a Pedro 3, 8-14; Evangelio: Marcos 1, 1-8.

ESTAR PREPARADOS

La segunda lectura de este domingo nos da dos mensajes: 

1) No confiarnos: por que "El Señor no retrasa su promesa, como piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos accedan a la conversión." (v.9). Algunos viven como si Jesús no fuera a volver. Esto nos tiene que conmover. Dios nos ama tanto que, como padre amoroso, nos da nuevas oportunidades y confía mucho en nosotros. Dios confía que vamos a cambiar aquellas cosas (vicios, defectos o pecados) que no están bien en nuestra vida y, con la ayuda de su gracia, las vamos a cambiar. El adviento también es tiempo de conversión. 

2) El segundo mensaje que nos da esta lectura es que "el Día del Señor llegará como un ladrón" (v. 10). Llegará el día del triunfo de Jesús y Dios quiere que estemos preparados para ese día. No sabemos cuándo, pero llegará. Mientras tanto "procurad que Dios os encuentre en paz con él, intachables e irreprochables" (v. 14).

En la primera lectura vemos que hay una voz que grita en el desierto, que nos dice que preparemos un camino para el Señor (cf. v. 3), hay que cambiar todo aquello que estaba torcido y desordenado (cf. v. 4), y se revelará la gloria del Señor (cf. v. 5). Qué necesario es oír la voz que nos dice que hay que cambiar para prepararnos para ese día glorioso. Nos tiene que mover la humildad y la esperanza. Humildad de reconocer que no somos perfectos y la esperanza de que Dios puede obrar intensamente en nuestra vida.

Y finalmente en el Evangelio vemos como esa voz se personaliza en Juan Bautista. Impresiona su estilo de vida, pero más aun su insistente llamada a la conversión. El mensaje de conversión del Bautista está en vías a la llegada del Mesías. Así también nosotros en este tiempo debemos prepararnos para la venida del Señor cambiando. En este tiempo es tentador fijarnos más en un preparación "materialista", "consumista", pero lo más importante es preparar mi corazón para que Jesús llegue una vez más a mi vida y la transforme. 

¿Qué significa preparar el camino del Señor? Sencillamente CONVERTIRSE, que cambiemos de vida. Juan Bautista nos muestra cuál es el verdadero camino: JESUCRISTO. Él es el camino que debemos seguir para salvarnos. Aprovechemos mientras Dios nos de vida para ir corrigiendo aquello que es corregible, afianzar aquello que nos acerca a Él y vayamos todos juntos caminando en santidad y conversión. 

¡Buen Domingo en la presencia del Señor!

P. Martín