EL TIEMPO DE CUARESMA

EL TIEMPO DE CUARESMA

La cuaresma tiene una larga historia para haber llegado al tiempo litúrgico que celebramos actualmente. 

La primera referencia de la preparación pascual lo encontramos en un escrito de Eusebio de Cesarea del año 332. Esto significa que ya había una institución configurada y hasta cierto punto consolidada. Para este momento ya aparece con claridad el tema del ayuno. No sólo se discutía por los días del ayuno sino también por la forma del ayuno. En Roma la primera noticia segura de la existencia de la cuaresma es del año 385. 

El ayuno inicial primero se realizaba durante una semana previa la Pascua sobre todo en Roma, luego se convierte en un ayuno de 3 semanas para leer el Evangelio de San Juan, y finalmente se concretan los 40 días inspirados en los 40 días pasados por Jesús en el desierto. Este ayuno de 40 días se realizaba desde la sexta semana antes de pascua. A este ayuno se le descontaron los domingos y el viernes y sábado de la semana santa de tal manera que se completan los 40 días. 

Entre los liturgistas hay el debate de cómo contabilizar los 40 días de cuaresma sea considerando los domingos y excluyendo algunos días de la semana Santa o descontando precisamente los domingos calculando los 40 días incluyendo el triduo Pascual. Es por ello, que iniciado el siglo XI, para completar los 40 días se inserta el miércoles de cenizas y sus días posteriores.

En el siglo cuarto ya hay una organización del período cuaresmal en donde se ve una experiencia ascética y bautismal. Del siglo IV al siglo VIII tenemos los sacramentos de la iniciación cristiana. La renovación litúrgica del concilio Vaticano segundo a logrado que esos elementos bautismales se recupere.

La cuaresma desde la antigüedad es un tiempo de penitencia que se podría denominar connatural a la esencia de la cuaresma. La cuaresma romana insiste sobre todo en el ayuno y la penitencia desde una perspectiva ética y penitencial. Es una forma de expresar el control que el Cristiano tiene sobre sí mismo y la lucha permanente contra las pasiones y las apetencias de la carne. 

También la cuaresma es, esencialmente, un tiempo  de reconciliación. Precisamente, es gracias a la institución penitencial (los penitentes) que se establecieron algunas prácticas penitenciales entre ellas la imposición de las cenizas. Al desaparecer en el siglo XI, exactamente en el año 1001, vemos que la imposición de las cenizas se generaliza para todos los bautizados que están presentes en la celebración.

Y como ya se ha mencionado la cuaresma es un tiempo bautismal. Con la recuperación de la iniciación cristiana para los adultos en la cuaresma se realizan algunos ritos que conducirán a la administración de los sacramentos en la vigilia Pascual.

Otro elemento característico de la cuaresma romana es la celebración estacional. La estación es el lugar donde el Papa iba durante el itinerario cuaresmal para celebrar la eucaristía y se peregrinaba de iglesia en iglesia haciendo penitencia. La palabra "estación" está tomada del vocabulario militar qué significa lugar de vigilancia; esto, en sentido cristiano, quería indicar la vigilancia de los cristianos en vistas a la Pascua. 

Otro aspecto importante que no quisiera dejar pasar es el simbolismo del número 40 fueron los años qué pasó el pueblo en el desierto antes de llegar a la tierra prometida 40 fueron los días de ayuno que prepararon a Moisés y Elías para el encuentro con Dios y 40 fueron los días en los que Jesús pasó en el desierto y fue tentado también 40 fueron los días de penitencia predicados por Jonás por lo tanto el número 40 quiere representar esa preparación a los 50 que serán los días de la Pascua 50 días qué significa perfección.

Como escuchamos en el evangelio del Miércoles de cenizas hay tres actitudes transversales que sintetizan este tiempo: la oración, como trato cercano y más amplio con Dios; el ayuno, entendido como la experiencia de privación y de pobreza; y la limosna: prescindir incluso de lo legitimo para compartir con los demás. 

P. Martín