QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO B

Primera lectura: Job 7, 1-4.6-7; Salmo 146, 1-2. 3-4. 5-6; Segunda lectura: 1Corintios 9, 16-19. 22-23; Evangelio: Marcos 1, 29-39.


Necesitamos ser curados

La primera lectura, del libro de Job, nos dice que "la vida es un soplo". Hoy más que nunca vemos que es verdad. La vida es fugaz y es frágil. No podemos hacer nada para alargarla. Pero también reconocemos que es un don de Dios. Nos podemos preguntar: ¿Para qué pasamos por la vida?. La respuesta es sencilla: para recibir nuestra recompensa. Los días del hombre son fatigas, sufrimientos, angustia, son como una "larga noche". Job pierde toda la esperanza de ser curado, él esperaba la muerte, y eso mismo puede pasar ahora con la humanidad ante el agobio de un mal que parece que no se puede frenar. Muchas personas han perdido la esperanza por vivir dejándose llevar por el "si pasará o no pasará". Sólo Dios puede traernos la recompensa, el premio, el descanso.

Jesús es esa "luz al final del túnel", que no sólo dará la salud del cuerpo, como lo vemos en el evangelio en la curación de la suegra de Pedro, sino también la curación de tantas heridas que a lo largo de nuestra vida y de este tiempo se han ido abriendo y haciendo cada vez más profundas. Él hará en nosotros su obra de salvación.

En la curación de la suegra de Pedro, aunque es un gesto sencillo, está lleno de elocuencia: vemos a un Jesús dispuesto a obrar donde se lo dejan, la reacción de la suegra de Pedro al ser curada es ponerse al servicio, silenciosamente descubrimos su fe en Jesús, por que en otros evangelios nos damos cuenta que Jesús no obra donde no hay fe. Jesús siempre está dispuesto a obrar. ¿No será que nos falta esa fe para que nuestro mundo sea curado?

En la segunda lectura escuchamos de San Pablo que nos dice "Ay de mí si no anuncio el evangelio"; en el Evangelio escuchamos que Jesús dice "vámonos a otras aldeas a predicar". El conocimiento y el trato con Jesucristo no es en una moda intimista, hacia adentro, todo lo contrario, cuando uno conoce a Jesucristo instintivamente se siente motivado a transmitirlo a los demás. Es por eso que San Pablo y el mismo Jesús se sienten urgidos de anunciar la buena noticia a los demás.

El Papa Francisco en muchas ocasiones ha hablado de "la Iglesia en salida" es decir, esa Iglesia que deja las formas que ya no van acorde a este tiempo para poder insertarse en el mundo de los hombres de hoy, esa Iglesia genuina que se acerca al prójimo. 

En estas lecturas vemos que hay un mensaje permanente que atraviesa toda la historia de la humanidad, que nos muestra a Jesucristo Sanador, Salvador y Redentor. Por eso en este domingo nos tenemos que sentirnos urgidos de anunciar el mensaje de Jesús, ser una Iglesia en salida y proclamar que el reino de Dios está en medio de nosotros.

¡Buen domingo y a seguirse cuidando!

P. Martín

 

Comentarios

  1. Creo que en esta época ypor las circunstancias que atravesamos, nos queda predicar con el ejemplo. Ser obedientes a lo que se nos pide en estos momentos, sería un buen ejemplo de seguidores de Jesús.

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    1. Yo estoy siguiendo a Cristo, leyendo la Palabr de DIOS todos los días, rezando el Rosario al Señor de L Divina Misericordia a las 3pm y a las 7.30pm.el Rosario a la Virgen Maria en forma VIRTUAL

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