DUODECIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO B

Primera lectura: Job 38, 1. 8 - 11; Salmo 106, 23- 24. 25- 25. 28- 29. 30- 31; Segunda lectura: 2 Corintios 5, 14 - 17; Evangelio: Marcos 4, 35- 40.

¿QUIÉN ES JESÚS?

Las lecturas de este domingo son cortas pero bastante interesante por la cantidad de detalles que encierran. Quisiera detenerme sólo en algunos: 

1) Dios habla en la tormenta: En la primera lectura vemos que Dios, Yavhé, le habla a Job desde un tormenta. En sentido bíblico la tormenta no es sólo un fenómeno natural sino también una teofanía (manifestación de lo divino), por tanto, el torbellino o tempestad es, en cierto modo, una presencia divina. En el Evangelio vemos que Jesús domina una tempestad en el mar de Galilea. Este lago era conocido por sus tempestades repentinas y violentas. Tanto en la primera lectura como en el Evangelio podemos ver cómo Dios se manifiesta. En el dialogo con Job podemos pensar en la soberanía e inmensidad de Dios, y en el Evangelio vemos a Jesús igualmente como soberano de la naturaleza y de la creación entera. Estos pasajes nos remiten a la escena del Génesis donde el Creador, soberano de todo, separa el agua y la tierra del mar (Cf. Gn 1, 6- 8). Además, controlar el mar embravecido era signo de una especial presencia divina. 

Esto tiene una aplicación a nuestra vida cotidiana: Muchas veces estamos en medio del mar de la vida y aparecen tormentas en forma de dificultades y momentos difíciles. Es precisamente en esos momentos que Dios se nos muestra como soberano y señor de nuestras vidas y nos va llevando a buen puerto. 

2) Esto nos lleva al segundo punto: Jesús les dice "Pasemos al otro lado". No dice que los quiere hacer pasar un mal rato o quiere incomodarlos. La Palabra de Jesús es verdad, y si dice que pasemos, lo hará. Esto también tiene una aplicación sencilla: Confiar en la Palabra de Jesús. Su palabra es verdad y debemos confiar y creer en ella. Algunos expertos han afirmado que el "pasar al otro lado" indicaría pasar al territorio gentil, al terreno de los que no creen en Dios, que viven en su propias ideas y su propias creencias. Pasar a otro lado implicará dar testimonio de Jesús, mostrar que Él tiene poder no solo para los asuntos espirituales, sino también en las cosas concretas de la vida cotidiana. 

3) Muchas veces nosotros vivimos como los del otro lado. Decía que ir a otro lado era ir a territorio pagano, y muchas veces nosotros vivimos como los del "otro lado", incluso sus mismos discípulos que en ese momento no creían totalmente en Jesús. Cuando llega la tormenta vemos que lo despiertan a Jesús. Es interesante por que en ese momento podemos ver un poco más de la humanidad de Él. Jesús, en cuanto hombre, también se cansa. Pero también que se haya dormido es una señal de fe. Y con esa confianza hace esa travesía. Cuando la tormenta se pone más fuerte podemos ver que le increpan a Jesús. Por un lado, puede ser ese buscar al líder para que ayude a encontrar la salida apropiada; pero también puede ser indicador de ese desconocimiento total de Jesús. Ese despertarlo e increparte puede ser signo de protesta por su indiferencia, o una evidencia del miedo o simplemente una falta de fe y confianza en Jesús.

Esto también lo podemos ver en la vida cotidiana. Muchas veces vamos por la vida desconociendo o desconfiando en Jesús. Muchas veces queremos que Jesús se ajuste a mis cálculos, expectativas o problemas. 

4) Jesús increpa a la tormenta: ¡Silencio, cállate!. Es interesante ver que utiliza una expresión que usaba para la expulsión de los demonios en los exorcismos. Por eso, podemos decir que Jesús viene a apaciguar las aguas turbulentas del poder del mar, viene a poner las aguas de la vida en calma y en paz. Y con ese poder divino podemos confiar en Él y seguir nuestro camino. Luego de ello viene una reprensión de Jesús a sus discípulos. Les dice cobardes y desconfiados. Esa misma pregunta nos la dice a nosotros, que muchas veces vamos por la vida confiados en nosotros mismos y nuestras ideas que confiando en Dios. ¿Por qué uno no tiene fe en Jesús?: Por que no lo hemos escuchado, por que buscamos culpables de lo que nos pasa, por que creemos en un Jesús a nuestra medida y criterios, por que exige y desinstala. Jesús calma las turbulencias para que vayamos confiados en su camino.

5) ¿Quién es este? Jesús, Dios y hombre verdadero. Dejemos que Él domine nuestras vidas. Dejemos que nos urja el amor de ese Cristo que ha dado su vida por rescatarnos, que juzguemos toda la realidad desde Cristo que nos ha hecho hombres nuevos, como dice la segunda lectura.

Queridos amigos, ojala esta breve reflexión les pueda servir para comprender un poquito más las lecturas de este domingo.

¡Buen domingo, a seguirse cuidando, y a todos los papas un feliz día!

P. Martín

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