DOMINGO VIGÉSIMO PRIMERO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO B

Primera lectura: Josué 24, 1 - 2a. 15- 17. 18b; Salmo 33, 2 -3. 16 - 17. 20 - 21. 22 - 23; Segunda lectura: Efesios 5, 21 - 32; Evangelio: Juan 6, 61 - 70.


La primera lectura de hoy está tomada del final del libro de Josué. Un detalle que no quisiera dejar de resaltar es la importancia de la memoria de la acción de Dios para con los hombres (que es lo mismo que "Historia de la salvación"). En la segunda parte de esta lectura vemos que el pueblo se motiva al seguimiento del Señor en la medida que recuerda lo que Él hizo por ellos. Muchas veces, cuando nos sentimos tentados a abandonar a Dios, será bueno que recordemos lo que Él hace por nosotros y no le demos espacio al desaliento ni al miedo de dejarlo todo por Dios. En la primera parte es bonito ver como Josué y los suyos están dispuestos a servir a Dios, a alejarse de los ídolos, de ponerse a disposición de Dios. Cuando uno es consciente del amor que Dios nos tiene y lo que es capaz de hacer por nosotros, en nuestras vidas, no podemos dejarlo, por muy desconcertante que sean sus designios. Dios quiere que lleguemos a su tierra prometida, el cielo.

En el Evangelio continuamos la lectura del capítulo 6 de San Juan. En la primera parte vemos algunos defectos de algunos discípulos, que también podrían ser los nuestros. 1) El desconcierto por algunas cosas que Jesús dijo. Eso también nos puede pasar a nosotros: Jesús nos propone algo y nosotros no sabemos cómo asimilarlo. Hay hombres de nuestra época dicen lo mismo que estos discípulos: "Este modo de hablar es inaceptable". ¿Cuántos, hoy en día, cuestionan la enseñanza de Jesús o de la Iglesia? 2) Cobardía: "Muchos discípulos se echaron para atrás". También nos puede pasar como les pasa a millones de "cristianos". Al sentirse desconcertados ya no tienen el mismo animo o motivación para seguir a Jesús o el cumplir sus exigencias. Pareciera que es un gran sacrificio y que debemos evitar el esfuerzo. 3) Incredulidad: Jesús ya reprochará a los que lo siguen por el beneficio y no por ser quien es. Si estamos con Él es por que es un don del Padre. Además Jesús ya sabe "quienes no creían". Jesús ya sabe quienes no creen, pero nos quiere mostrar quien es para que le creamos.

Sin entrar en muchos detalles, podemos ver en la reacción de Pedro la actitud positiva. 1) "¿A quién vamos a ir?" Se siente atraído por Jesús. 2) "Tú tienes palabras de vida eterna": confianza. 3) "Sabemos quién eres": fe. El conocer "de verdad" a Jesús nos llevará a seguirle fielmente aunque tengamos nuestras caídas. 

La segunda lectura de hoy entra en la sección de la vida familiar en la carta a los Efesios. Exhorta a las mujeres a vivir "en respeto" a sus esposos (la traducción más fiel dice "sometidas", pero apelo a comprender el contexto de la época) y a los esposos a amar a sus mujeres como Cristo ama a la Iglesia. Hoy en día no está de más recordar la importancia del amor y el respeto en el matrimonio. El apóstol nos pone el referente: el amor de Cristo y de la Iglesia. Es interesante ver cómo la relación de Dios con los hombres es como una imagen nupcial y que el traicionar su voluntad es como llegar al adulterio. En el fondo, no se trata de aguantar o someterse, sino de amar de verdad. El secreto para que el amor conyugal se mantenga vivo es amar como Cristo y con Cristo y a su estilo.

Este domingo se nos habla de fidelidad, de amor, de fe. Que reflexionemos en torno a estas actitudes.

Buen domingo y a seguirse cuidando.

P. Martín

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