DOMINGO VIGÉSIMO SEXTO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO B

Primera lectura: Números 11, 25 - 29; Salmo 18, 8. 10. 12 - 13. 14; Segunda lectura: Santiago 5, 1 - 6; Evangelio: Marcos 9, 37 - 42. 44. 46 - 47.


Las lecturas de hoy, de los muchos temas que se pueden reflexionar, quisiera resaltar uno: cada uno tiene su misión en este mundo. ¿Cómo estamos viviendo nuestra misión?. Hay algunos que esperan una misión para "protagonizar", pero sin ella algunos viven como "desentendidos" de lo que Dios nos puede pedir cada día. No es necesario tener una misión importante para hacer importante y valiosa nuestra misión, sobre todo en lo que se trata de Dios. Preguntémonos qué es lo que quiere Dios de nosotros en nuestra vida. 

En la primera lectura hay varios detalles interesantes: 1) El Señor bajó en la nube: La nube es una de las imágenes para señalar al Espíritu Santo. Por tanto, podemos hablar (con las limitaciones de la comprensión de la época) de una efusión del Espíritu. 2) Precisamente, "Apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos". Dios da algo del espíritu a los escogidos, da su gracia para cumplir la misión para la que Él escoge. 3) Esto lo vemos cuando el espíritu se posa sobre cada uno de ellos. Su unción los capacita para ejercer una misión y los impulsa a realizarla con presteza. Por eso "Enseguida se pusieron a profetizar". 

Hoy también, gracias a la efusión del Espíritu Santo, estamos llamados a ser profetas, a anunciar a los hombres las maravillas de Dios. Muchas veces se confunde el profetismo con solo anunciar cosas amargas y feas, se enfatiza sólo el "denunciar", pero el profeta debe ser aquél que tiene la Palabra de Dios en la boca y con ella iluminar las realidades que le toca acompañar. 

A veces ese Espíritu llega a muchos otros sin que lo sepan. Por eso hubieron dos, Eldad y Medad, que sin estar reunidos les llegó el espíritu y también se pusieron a predicar. Es interesante, por que podemos ver que la unción con el Espíritu llega a todos. Ellos también han recibido esa vocación de profetas de un modo "extraordinario". Hay que estar abiertos a la gracia de Dios para que Él obre a través de nosotros. 

Esto extraordinario no lo entendieron algunos, por eso, un muchacho fue corriendo donde Moisés para avisarle que los dos estaban profetizando aun sin haber estado reunidos. A veces, cuando vemos que alguno está progresando en la fe y en la vida con Dios podría suscitar envidias o celos, y no debería ser así. Toda vocación o misión tiene que ayudarnos a edificar la comunidad. Como dice el final de la primera lectura: ojalá todos fueran profetas y recibieran el Espíritu del Señor.

En el Evangelio de este domingo vemos algo parecido: Juan dice a Jesús que hay uno, que no estaba con ellos, que estaban expulsando demonios en el nombre de Jesús. Esta reacción nos muestra su personalidad explosiva, pero también esa mirada humana que aludimos antes: si no están con nosotros, "si no es de los nuestros" ¿Por qué lo hacen?. Un segundo detalle es la respuesta de Jesús: Jesús no privatiza su acción a un grupo de los mas cercanos; es cierto que los capacita para ellos, pero su acción no se circunscribe a ellos. El poder y la gracia va más allá de nuestras fronteras. 

Para Jesús está claro que todas las fuerzas suman: El que está con Él no está en su contra. Qué importante es ser de los cercanos a Jesús, de los que le siguen y de los que le aman, sin dejarnos envenenar por la envidia y los celos. 

Luego Jesús habla de dos detalles más: el que dé de beber a uno de los discípulos y el que escandalice a uno de los pequeños. Sobre lo primero: la mirada de fe que nos invita a hacer respecto de los instrumentos. Cuántas veces nos hemos dejado llevar por las apariencias y no hemos escuchado o acogido al que va en nombre de Jesús a determinada misión. Un simple detalle como dar un vaso de agua es señal de acogida. El que acoge bien al mensajero, sin duda el mensaje hará efecto y será recompensado. Y, más bien, cuando el mensajero es causa de escandalo, hace que el mensaje (y el que envía) queden desacreditados. 

Hoy también qué importante es la coherencia de vida. Y por eso, de un modo implícito, se nos habla de la coherencia del mensajero, de ser un verdadero profeta dando testimonio con nuestra vida. No vamos a negar que tenemos nuestros pecados y nuestros defectos, pero estamos llamados a vivir con coherencia sabiéndonos ungidos por el Espíritu y sostenidos por la gracia de Dios. Dios nos llama y nos exige vivir bien la misión que nos pide. Por eso, no nos esconde la posibilidad de la condenación eterna si vivimos incoherentemente. Sí, el infierno existe y es el castigo de vivir contra la voluntad de Dios o en incoherencia. Más vale entrar cojo, tuerto o manco al cielo que ir completo al infierno "al fuego que no se apaga". 

Solo un detallito de la palabra "infierno": La palabra traducida infierno es la palabra griega geeman Gehenna. El nombre se deriva del valle de Hinnom, un barranco en las afueras de Jerusalén donde Achâz practicaba sacrificio humano (2 Crónicas 28:3; 33:6; Jer. 7:31; 32:35). El Rey Josiah puso fin a tales practicas declarando el valle impuro y utilizándolo como un gran basurero (2 Reyes 23:10). Allí habitaban ratas, ardían fuegos, y humo llenaba el aire día y noche. Los judíos lo consideraban el lugar prototípico de castigo .

A partir de esto, también podemos hacer una reflexión respecto del uso del dinero y la riqueza de la que habla la segunda lectura. Muchos ponen todos sus sentidos en los bienes y las propiedades, pero se olvidan de compartir, de los necesitados, de los que no tienen. Muchos viven entregados al placer y al disfrute de lo material, muchos viven "cebados para el día de la matanza". El dinero tiene su lado positivo y su lado negativo. El positivo es el que, si se usa bien, puede servir para ayudar, para contribuir, para servir. El negativo es que el dinero ciega, obnubila, nos hace ir por el camino equivocado. Hoy es un buen día para preguntarnos si nos dejamos embriagar por el dinero o es un instrumento para ayudar a los demás y para vivir con dignidad.

Ojala recibamos en este domingo un poquito del Espíritu que viene en ayuda de los profetas y que nos lleve a vivir bien nuestra vocación y estado de vida.

Buen domingo y a seguirse cuidando.

P. Martín


Comentarios

  1. Que nuestra vida y nuestro trabajo sea el fruto de nuestra misión que agrade a Dios. Amen

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