TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C
Primera lectura: Nehemías 8, 2 - 4a. 5 - 6. 8 - 10; Salmo 18, 8.9.15; Segunda lectura: 1Corintios 12, 12 - 30; Evangelio: 1, 1 - 4; 4, 14 - 21
Estamos en el tercer domingo del tiempo ordinario que, desde el 2019, es el domingo de la Palabra de Dios. Como tal es un buen día para reflexionar sobre el valor y la importancia de la Sagrada Escritura en nuestra vida y en nuestra misión.
En el evangelio, Lucas le dice al
destinatario es su Evangelio, Teófilo, que ha escrito “un relato ordenado a fin
de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido".
Nosotros como creyentes estamos llamados a escuchar ese relato, es más de su
escucha (y lectura) se alimenta nuestra fe. Por eso, podemos decir que en la eucaristía
nos alimentamos de la doble mesa: de la palabra y de la eucaristía. La palabra
es alimento. Cómo dices San Pablo "la fe viene por la escucha y el
escuchar por la palabra de Dios" (Rm 10, 17).
En la primera lectura leemos la
acogida y reacción ante la palabra de Dios. Podemos deducir qué el proceso es
como lo que hoy conocemos cómo la "liturgia de la Palabra" de la Misa.
Esdras lleva el libro de la ley, lo leyó largo tiempo, la gente seguía atenta
la lectura, tenían gestos de reverencia (de pie o la postración), había una
explicación de los levitas (algo así como la actual homilía). La escucha de la
palabra los conmovía y los interpelaba al punto de llevarlos al duelo (dolor de
corazón) y al llanto. Por ello Esdras y Nehemías les decían que no lo hagan en
el día consagrado a Dios.
También en este domingo podemos
reflexionar si la Palabra de Dios "me toca". Es decir, que si ella
ilumina y toca mi existencia. Porque muchas veces puedo oír o leer la Palabra
de Dios, pero no me toca; la considero como una parte inevitable que, si
pudiera alguno, la quitaría. ¿Cómo reaccionó ante la Palabra de Dios? ¿O ya me
he recubierto de una coraza que no deja que la Palabra entre en lo más profundo
de mi corazón? ¿Cómo me dispongo a escuchar las lecturas de la misa? ¿Cómo
recibo la homilía? ¿Hago de la palabra proclamada y explicada mi oración? Son
preguntas que este domingo nos podemos hacer. Estamos llamados a redescubrir el
valor cuasi sacramental de la Palabra de Dios como nos enseña Dei Verbum 21 y
también a considerar como en la reforma litúrgica del Vaticano II ha
enriquecido de Palabra de Dios la liturgia.
Volviendo el evangelio, en sus
últimas palabras dice: "hoy se cumple está escritura que acaban de
oír". La palabra posee una actualidad perenne. Atraviesa toda la historia
y todos los acontecimientos. Posee capacidad para iluminar la realidad. Jesús,
el verbo encarnado, bien esclarecer el misterio del hombre (Cf. GS 22). Por
ello, cuán importante es leer la sagrada escritura en clave de oración. Una
lectura orante de la sagrada escritura nos iluminar en tantos aspectos de la
vida y ella nos llevará por los caminos del bien.
Finalmente, en la segunda lectura
continuamos leyendo el capítulo 12 de la primera carta a los Corintios. De ahí
podemos reflexionar: 1. "Los miembros son muchos, pero el cuerpo es
uno" interesante imagen que nos pone San Pablo: somos miembros de un único
cuerpo. 2. "Los miembros más débiles son los más necesarios". Es una
llamada de atención para revalorar a los débiles, descartados, necesitados. A
veces tenemos una mirada muy humana y valoramos más a los que tienen o parecen
mejores que los demás. 3. "Ustedes son el cuerpo de Cristo". Sí, tú y
yo, nosotros. ¿Cuidamos que el cuerpo de Cristo esté bien o nos tienen
indiferente? Qué maravilloso es descubrir que el cuerpo está formado por muchos
miembros y que cada uno cumple su función y pone al servicio su talento para la
edificación de ese cuerpo.
Ese cuerpo del que habla San
Pablo no tendría sentido si no se alimenta es la Palabra del Señor. Este
domingo nos reta a redescubrir el valor de la Sagrada Escritura no solo como
texto, no solo desde su aspecto literario, sino como alimento cotidiano, en
donde Dios le habla a su pueblo, le ilumina y lo conduce hacia el bien y cada
uno de nosotros tiene que estar dispuesto a poner todos sus talentos al
servicio de esa Palabra que quiere hablar a todos los hombres.
Buen domingo de la Palabra de Dios, Abre tu Biblia y sigamos con los cuidados.
P. Martín
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