DOMINGO DE RAMOS DE LA PASIÓN DEL SEÑOR - CICLO C
Evangelio de la bendición de ramos: Lucas 19, 28-40; Primera lectura: Isaías 50, 4-7; Salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 (R.: 2a); Segunda lectura: Filipenses 2, 6-11; Pasión según san Lucas 22, 14—23, 56.
Queridos amigos:
Estamos en el Domingo de Ramos de
la Pasión del Señor. Hoy se lee un evangelio durante el rito de la bendición y
luego se lee la Pasión correspondiente a cada año. Creí que podría ser valioso
desgranar algunos detalles de aquello detalles en común que encontramos de los Evangelios.
Qué mejor que hacerlo de la mano del gran libro Jesús de Nazaret del papa emérito
Benedicto XVI, del cual entresaco algunas líneas.
Empiezo con esta frase que nos contextualiza:
“Todo esto puede parecer más bien
irrelevante para el lector de hoy, pero para los judíos contemporáneos de Jesús
está cargado de referencias misteriosas.” (p. 13).
La “subida a Jerusalén”: “Es ante todo una «subida» en sentido
geográfico” (p. 11). “La última meta
de esta «subida» de Jesús es la entrega de sí mismo en la cruz, una entrega que
reemplaza los sacrificios antiguos.” (p.12).
El pollino: “En cada uno de los detalles está presente el tema de la realeza y sus
promesas. Jesús reivindica el derecho del rey a requisar medios de transporte”
(p. 14). “El hecho de que se trate de un
animal sobre el que nadie ha montado todavía remite también a un derecho real.”
(p. 14). “Él es un rey que rompe los arcos de guerra, un rey de la paz y un rey
de la sencillez, un rey de los pobres.” (p.14) “…Mientras Mateo (21,7) y Marcos (11,7) dicen simplemente que «Jesús se
montó», Lucas escribe: «Y le ayudaron a montar» (19,35). Ésta es la expresión
usada en el Primer Libro de los Reyes cuando narra el acceso de Salomón al
trono de David, su padre…” (p. 16).
Sobre los mantos: “También el echar los mantos tiene su
sentido en la realeza de Israel (cf. 2 R 9,13). Lo que hacen los discípulos es
un gesto de entronización en la tradición de la realeza davídica y, así,
también en la esperanza mesiánica que se ha desarrollado a partir de ella.” (p.
16).
“Hosanna”: “…Aparece la exclamación: «¡Hosanna!». Originalmente, ésta era una
expresión de súplica, como: «¡Ayúdanos!» (p. 17). “La palabra había probablemente asumido también un sentido mesiánico ya
en los tiempos de Jesús. Así, podemos reconocer en la exclamación «¡Hosanna!»
una expresión de múltiples sentimientos, tanto de los peregrinos que venían con
Jesús como de sus discípulos: una alabanza jubilosa a Dios en el momento de
aquella entrada; la esperanza de que hubiera llegado la hora del Mesías, y al
mismo tiempo la petición de que fuera instaurado de nuevo el reino de David y,
con ello, el reinado de Dios sobre Israel.” (p. 17).
“Bendito el que viene en nombre
del Señor”: “…Con el tiempo la expresión
«que viene en el nombre del Señor» había adquirido un sentido mesiánico. Más
aún, se había convertido incluso en la denominación de Aquel que había sido
prometido por Dios.” (p.18).
La multitud que acompañaba a
Jesús: “La multitud que homenajeaba a
Jesús en la periferia de la ciudad no es la misma que pediría después su
crucifixión.” (p.19).
Quiera colocar una frase final
para terminar con esta parte: “Él sale a nuestro
encuentro y nos incorpora a su «subida» hacia la cruz y la resurrección, hacia
la Jerusalén definitiva que, en la comunión con su Cuerpo, ya se está
desarrollando en medio de este mundo.” (p.22).
Hay muchos otros detalles que,
por la extensión o simplemente al no aparecer en el evangelio que vamos a leer,
no he recogido pero estos detalles nos pueden ayudar a entrar en la escena de
la entrada de Jesús en Jerusalén. Recomiendo la lectura de este libro clásico para
entender lo que sucederá estos días.
Brevísimamente quisiera referirme
a tres tipos de sufrimientos que padecerá Jesús y que los encontramos en la
Pasión que leemos este año: 1) Sufrimientos físicos: “Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban
mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos.” (Is 50, 6). 2)
Sufrimientos psicológicos: “Y los hombres
que sujetaban a Jesús se burlaban de él, dándole golpes” (Lc 22,63), “Herodes, con su escolta, lo trató con
desprecio y se burló de él” (Lc 23,11), “Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo”
(Lc 23,36). 3) Sufrimiento con sentido: “Y
así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la
muerte, y una muerte de cruz.” (Flp 2, 9). San Juan Pablo II decía respecto
a esto último: “La redención se ha
realizado mediante la cruz de Cristo, o sea mediante su sufrimiento.”
(Salvifici doloris 3).
Que vivamos bien y santamente la Semana
Santa, que sean días de unirnos a Cristo en su Pasión, Muerte y Resurrección.
P. Martín
El Señor padeció mucho para redimirnos.
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