SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD - CICLO C
Primera lectura: Proverbios 8, 22-31;Salmo 8, 4-5. 6-7a. 7b-9. (R.: 2a); Segunda lectura: Romanos 5, 1-5; Evangelio: Juan 16, 12-15
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio más grande de la fe.
Gracias a la revelación del mismo Dios y la posterior comprensión de la Iglesia
podemos saber que hay un solo Dios formado de tres personas. El Catecismo indica
sobre esto en el 234: «El misterio de la Santísima Trinidad es el
misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí
mismo».
A partir de las lecturas de este domingo quisiera que identifiquemos la
presencia de las personas de esta Santísima Trinidad. Jesús en el Evangelio nos
notifica sobre el Padre. Hoy se habla muy poco del Padre. Hasta hace un tiempo
se discutía del Espíritu Santo como el «gran desconocido», pero
hoy algunos ya dicen que el gran desconocido es el Padre. Para entender la
misión del Padre volvamos sobre la enseñanza del Catecismo en el 239: «Al
designar a Dios con el nombre de "Padre", el lenguaje de la fe indica
principalmente dos aspectos: que Dios es origen primero de todo y autoridad
transcendente y que es al mismo tiempo bondad y solicitud amorosa para todos
sus hijos».
Es bonito pensar sobre la paternidad de la primera persona de la Santísima
Trinidad. San Josemaría Escrivá nos recuerda que «El Señor…no es un Dominador
tiránico, ni un Juez rígido e implacable: es nuestro Padre. Nos habla de
nuestros pecados, de nuestros errores, de nuestra falta de generosidad: pero es
para librarnos de ellos, para prometernos su Amistad y su Amor» (Es
Cristo que pasa 64).
También en la segunda lectura y en el Evangelio se nos habla del Espíritu
Santo, el Espíritu de la verdad. El amor de Dios se ha derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado. El Espíritu Santo nos llena
de su amor, nos unge y nos llena de Él.
El Catecismo de la Iglesia nos recordará en el 253 que: «La
Trinidad es una. No confesamos tres dioses, sino un solo Dios en tres personas:
"la Trinidad consubstanciall”» (Concilio de Constantinopla
II, año 553: DS 421). Las personas divinas no se reparten la única divinidad,
sino que cada una de ellas es enteramente Dios: «El
Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y
el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza» (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). «Cada
una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia
o la naturaleza divina» (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS
804).”
Y quisiera terminar con unos pensamientos del papa Francisco: «La
fiesta de hoy, pues, nos hace contemplar este maravilloso misterio de amor y
luz del que procedemos y hacia el cual se orienta nuestro camino terrenal»
(30/05/2021). Nos pone delante del misterio de la profunda comunión
entre las tres personas divinas.
Que vivamos santamente este día, siendo conscientes de la presencia de Dios
en nuestras vidas y de la llamada a vivir en comunión con Dios y los demás.
Feliz domingo.
Sigamos con los cuidados.
P. Martín
MUCHAS GRACIAS.
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