CUARTO DOMINGO DE PASCUA - CICLO A
Primera lectura: Hechos de los apóstoles 2, 14a. 36-41; Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 (R.: 1); Segunda lectura: 1Pedro 2, 20b-25; Evangelio: Juan 10, 1-10.
En
el salmo de hoy decimos que «El Señor es
mi pastor, nada me falta». Desde el comienzo del cristianismo vemos a Jesús
con la imagen del Buen Pastor. Posiblemente, hoy no entendamos bien la misión
de un pastor dado que vivimos en una sociedad industrializada y cada vez menos campestre.
La misión del pastor va más allá de dar de comer o sacar de paseo a los
animalitos. El pastor es como el padre de sus animalitos. Conoce, siente,
percibe. Hay una relación profunda.
Jesús
nos dice en el Evangelio de este domingo que
«el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.» y más adelante «Yo soy la puerta». Jesús es el Pastor
del rebaño y la puerta por donde entran los suyos. Como leemos en el Salmo, el
pastor lleva a los pastos y cuida de sus ovejas. Así, Cristo, nos cuida a
nosotros como ese pastor preocupado de su rebaño. El rebaño de Jesús somos los
bautizados reunidos en su Iglesia. En ella, Cristo, nos alimenta de su Palabra
y de su Cuerpo, nos sana por la reconciliación y nos fortalece con la gracia
según el estado de vida que llevamos. Por Jesús se entra en la Iglesia y se nos
abre el camino de la salvación. Jesús no es un pastor indiferente que cumple
con un oficio, Cristo es el Buen Pastor que cuida y da todo a sus ovejas.
En
esa línea, en la segunda lectura se nos dice: «Ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas». Gracias
al Buen Pastor, a ese Pastor Santo, que podemos tener la vida verdadera. Nosotros,
como sus ovejas, debemos oír su voz, seguirlo, convertirnos, entrar en su
rebaño y dejarnos cuidar por Él. Jesús, por decirlo de alguna manera, es muy
feliz que nosotros seamos de las ovejas de su rebaño y le encanta llevar sobre
sus hombros a la oveja perdida.
En
la primera lectura escuchamos «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?». Pedro les
contestó: «Convertíos y bautizaos todos
en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el
don del Espíritu Santo.» Seguir a Jesucristo implicará un cambio,
conversión, dejar un estilo de vida alejado del pastor. Vivir en el rebaño de
Jesús implica experimentar y hacer vida el nuevo nacimiento del bautismo; vivir
llenos del Espíritu Santo. Ser oveja del rebaño de Jesús es hacer una
experiencia de resucitado. Jesús, lo ha dado todo para que podamos vivir de esa
manera.
Quisiera
terminar con una frase del papa Francisco: «Cristo,
Buen Pastor, se ha convertido en la puerta de la salvación de la humanidad,
porque ha ofrecido la vida por sus ovejas. Jesús, pastor bueno y puerta de las
ovejas, es un jefe cuya autoridad se expresa en el servicio, un jefe que para
mandar dona la vida y no pide a los otros que la sacrifiquen.»
En
este domingo oremos por las vocaciones, que Dios mande muchas y santas.
P.
Martín.
Gracias P. Martín por el alcance de las lecturas 🙏, bendiciones
ResponderEliminar