DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR - CICLO A
Bendición de Ramos: Mateo 21, 1-11; Primera lectura: Isaías 50, 4-7; Salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 (R.: 2a); Segunda lectura: Filipenses 2, 6-11; Evangelio: Mateo 26, 14—27, 66.
Es un día de sentimientos encontrados. Por lado tenemos
la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y en la Misa contemplamos la Pasión
del Señor. No son dos momentos aislados. En el Evangelio de San Lucas podemos
ver gráficamente que Jesús va subiendo a Jerusalén que no tiene otra razón que
la de realizar el Misterio Pascual de Jesús. El Domingo de Ramos es la antesala
de lo que iremos contemplando progresivamente en esta Semana Santa.
En el Evangelio de la bendición de los ramos hay una
serie de detalles importantes que pueden pasar desapercibidos. Para ello,
quisiera tomar alguna idea que propone Benedicto XVI en el volumen II de su
obra Jesús de Nazaret. 1) La llegada a Betfagé. Estaba situada en el Monte de
los Olivos, lugar que en esta última etapa de Jesús va a ser importante. 2)
Jesús envía a dos de sus discípulos por una borrica. Como se lee más adelante es
el cumplimento de la profecía de Zacarías 9,9. (En el Evangelio de Mateo, en 7
ocasiones dirá que algo sucede para el cumplimiento de una profecía). Algunos
estudiosos afirman que hubo un acuerdo previo entre el dueño y Jesús. Benedicto
XVI va más allá. Ve en el gesto de pedir la borrica un gesto de reivindicación
de un derecho real y que su acción se basa en una promesa del Antiguo Testamento.
3) Le trajeron la borrica y le pusieron un manto. Puede parecer algo sin ningún
sentido, pero en el fondo también es otro gesto real. Benedicto XVI recuerda
que este es el mismo gesto que se hizo con Salomón cuando entró al trono de
David, su padre. 3) Alfombrar con mantos era otro gesto de realeza, es el gesto
de la entronización davídica. 4) Se canta el salmo 118 “Hosanna” que es un
himno de peregrinación convertido en una proclamación mesiánica. 5) Al entrar
en Jerusalén, toda la ciudad se sobresaltó. Benedicto XVI dirá que ese
sobresalto expresa el estremecimiento causado por un terremoto. En Jerusalén
habían oído hablar de Él, pero no había causado mayor relevancia hasta este
momento. 6) Los niños: Es el cumplimento del salmo 8: “De los niños de pecho
han sacado una alabanza” 7) “La multitud contesta: Es el profeta Jesús, de
Nazaret de Galilea”. Jesús remece la sociedad con su presencia.
La pasión que leeremos empieza con una escena donde
aparece Judas donde hace una pregunta: “¿Qué están dispuesto a darme por Él?”.
Es una pregunta muy actual. Le decimos al mundo y a sus placeres: ¿Qué me das
para dedicarme más a ti y alejarme más de Él? ¿Qué me das para quitarme de en
medio de Jesús? El mundo, como Judas, vive en una permanente entrega de Jesús.
Jesús para muchos es incomodo aun el día de hoy y hay muchos intereses para deshacerse
de Él, aun sin recibir un beneficio. Luego dice que “Ellos se ajustaron con él (Judas)
por treinta monedas”. Jesús fue entregado por lo mas bajo, por poco.
Más adelante, en la cena, dirá Jesús que alguno lo va a
traicionar y le preguntan quién será. Jesús responde que quien ha mojado el pan
en la misma fuente con Él. Es un gesto de amistad, de compartir, sin
marginaciones ni exclusiones. En algunas cosas lo traicionamos incluso recibiéndolo
sacramentalmente, los que estamos junto a Él.
Ya en el huerto dice a los tres que le acompañan: “Velen
y oren para no caer en la tentación”. Estamos ante el Misterio más grande, más
sublime y la carne puede sucumbir. Jesús, en ese momento, experimenta la
debilidad y el dolor por lo que estaba a suceder. Por eso, le dice al Padre “aparta
de mí este cáliz” o en la Cruz “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
Meditar la Pasión del Señor es una oportunidad de ver
cómo Dios se hace lo más pequeño para cargar con el inmenso peso del pecado de
la humanidad.
Te deseo una buena Semana Santa y meditemos en estos días
el infinito amor de Dios por cada uno de nosotros.
P. Martín
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