SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA - CICLO A
Primera lectura: Hechos de los apóstoles 2, 42-47; Salmo 117, 2-4. 13-15. 22-24 (R.: 1); Segunda lectura: 1San Pedro: 1, 3-9; Evangelio: Juan 20, 19-31.
Este domingo tiene diferentes matices que quisiera comentar
brevemente:
Es el domingo de la Divina Misericordia. Esta fiesta tiene
su origen en las revelaciones privadas de Santa Faustina. Jesús le manifestó
que tendría que se tendría que instituir una fiesta de la Misericordia en el
segundo domingo de Pascua. “Quiero que la
imagen sea bendecida solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se
la venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella” (Diario,
341). Es una fiesta para contemplar y valorar la misericordia de Dios para con
nosotros. El Papa Francisco, en la Bula Misericordiae Vultus 3, decía que “Misericordia: es el acto último y supremo
con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental
que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al
hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une
Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para
siempre no obstante el límite de nuestro pecado.”
¿Busco la misericordia de Dios en el Sacramento de la Reconciliación
– Confesión? ¿Soy misericordioso con los demás? ¿Soy un testigo de la
misericordia?
Termina la Octava de Pascua, es el domingo “in albis”. Antiguamente, en este
domingo, los neófitos terminaban esta semana llena de explicaciones y de
profundizar lo que han recibido sacramentalmente. Esto se llama mistagogia. Y,
como gesto, deponían las vestimentas blancas que se les impuso en la Vigilia
Pascual. En algunas partes de la plegaria eucarística, aunque no hayamos tenido
neófitos, hemos orado por aquellos que se han incorporado al cuerpo místico de
Cristo. La Pascua tiene ese matiz bautismal. Pero junto con los nuevos
bautizados, han sido días para que pensemos en nuestra propia experiencia
bautismal.
¿He reflexionado en mis compromisos como bautizado? ¿Considero
el Bautismo como el sacramento que me abre las puertas para los demás
sacramentos? ¿He dejado de considerar el bautismo solo como un acto social o como
una mera costumbre?
Y, es el domingo de
Tomás. En el Evangelio vemos el momento donde Jesús aparece cuando Tomás está
ausente. Le anuncian que Jesús había aparecido, pero él no lo cree. Y dirá que “Si no veo en sus manos la señal de los
clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su
costado, no lo creo”. Es un domingo para pensar que estamos en un mundo
lleno de incredulidad. Seamos conscientes que vivimos en una sociedad secular,
increyente y, en algunos espacios, nada creyentes. En medio del mundo ¿Yo creo?
Benedicto XVI decía que una de las consecuencias de creer
en la Resurrección es el testimonio. “La
primera consecuencia, o el primer modo de expresar este testimonio, es predicar
la resurrección de Cristo como síntesis del anuncio evangélico y como punto
culminante de un itinerario salvífico.” ¿Le hablo a los demás de Cristo?
¿He anunciado a los demás el acontecimiento de la Resurrección? ¿Contagio la
alegría pascual? “No basta llevar en el
corazón la fe; debemos confesarla y testimoniarla con la boca, con nuestra
vida, haciendo así presente la verdad de la cruz y de la resurrección en
nuestra historia.” Confesar la Resurrección de Jesús me impulsa a
testimoniar.
Sigamos vivando santamente este tiempo de Pascua.
P. Martín
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