FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA - CICLO B
Primera lectura: Sirácida 3, 2-6. 12-14; Salmo 127, 1-2. 3. 4-5 (R.: cf. 1); Segunda lectura: Colosenses 3, 12-21; Evangelio: Lucas 2, 22-40
Celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. Para la reflexión de hoy
quisiera tomar la segunda lectura para aterrizar en algunos detalles del día a
día.
Pero para empezar comencemos preguntándonos si la familia que conocemos se
parece en algo a las familias en la época de Jesús. Debo decir que no hay
parecido. En el tiempo de Jesús se valoraba la familia numerosa, los hijos eran
considerados una bendición y el perder esposo o hijo una desgracia. En estas
familias los roles eran bien asumidos y cada uno hacía lo que tenía que hacer.
En cambio, hoy en muchas familias a menos hijos hay es mejor, las familias son
disfuncionales, se quiere deconstruir la familia y aplicar nuevos modelos de sociedad
que supere el paradigma de la «familia tradicional». Algo que no podemos negar
es que en ambos momentos también hay cosas defectuosas y mejorables.
En la segunda lectura se nos habla de sobrellevarse mutuamente y perdonarse.
En un hogar puede reinar la terquedad, el orgullo y la soberbia. ¿Cómo están
nuestros hogares? ¿Sabemos perdonar? ¿Sabemos pedir perdón? ¿Sabemos darle una
mano a aquel pariente que necesita de nuestra ayuda?
Se dice que las mujeres respeten a sus esposos. Los esposos no solo se
faltan el respeto por el insulto o la infidelidad. Aquí también pueden entrar
una serie de descuidos y negligencias que van entrando por la rutina. El
respeto es mutuo. También se dice que los esposos amen a sus esposas. En muchos
matrimonios se pierden los detalles y las atenciones que cuando se eran
enamorados. Esposos, amen a sus esposas, tengan detalles de amor con ellas y verán
que ellas estarán saltando en un pie.
Los hijos deben ser obedientes. No dice serviles, dice obedientes. Además, habla
que es agradable a Dios. Una obediencia
bien vivida atrae la bendición de Dios. Pero hoy en día hay hijos que se portan
mal con sus padres y los tratan mal, sin contar a aquellos que no son respetuosos
con sus padres ancianos.
Hoy es un buen día para pensar en la familia y qué podemos hacer por
mejorar en nuestro trato con los nuestros.
Termino con una cita del papa Francisco en la fiesta del 2020: «A imitación
de la Sagrada Familia, estamos llamados a redescubrir el valor educativo del
núcleo familiar, que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las
relaciones abriendo horizontes de esperanza. En la familia se podrá
experimentar una comunión sincera cuando sea una casa de oración, cuando los
afectos sean serios, profundos, puros, cuando el perdón prevalezca sobre las
discordias, cuando la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura
mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios. De esta manera, la
familia se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con
alegría.»
Quisiera terminar esta breve reflexión invitándolos a lectura de la
Exhortación Apostólica Amoris Laetitia
31 al 49, donde es explica la situación actual de la familia.
Buen domingo en la presencia del Señor y un feliz y santo año nuevo.
P. Martín
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