DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR - Vigilia pascual en la noche santa


Entramos en el día de la Pascua del Señor. El término «Pascua» tiene orígenes judíos y sabemos que alude al momento de la salida del pueblo judío de la esclavitud de Egipto. Respecto al cristianismo, M. Righetti dice al respecto: «Desde el siglo I, toda la Iglesia estaba de acuerdo en celebrar el aniversario de la muerte y resurrección de Cristo, la Pascua cristiana, Pascha nostrum, que sucedió a la Pascua de los judíos; pero en cuanto a la fecha no había completa uniformidad.»

La celebración de la Vigilia en la noche de la Pascua está atestiguada desde el siglo II aunque sin la claridad del ritual (Cf. M. Augé, p. 123). La actual estructura de la celebración está compuesta de 4 partes: 1. La bendición del fuego y lucernario, 2. La liturgia de la Palabra con abundantes lecturas, 3. La liturgia bautismal, en donde los catecúmenos reciben los sacramentos de iniciación cristiana y renovamos nuestro bautismo, 4. La liturgia eucarística.

El acento de la vigilia es profundamente cristocentrico, es decir que, sin olvidar la acción de las demás personas divinas, Cristo, que ha padecido y muerto, ahora recibe la gloria que merecía.

La Liturgia nos permite tomar parte, aunque de un modo misterioso y bajo el velo de los signos, del acontecimiento de la Resurrección. Para ello, podemos pedir la gracia de experimentar con todo el corazón lo que pasó en ese instante en el sepulcro que vence el poder del mal y de la muerte.

Para reflexionar, quisiera traer a colación algunos textos sobre la Resurrección que nos pueden ayudar.

Benedicto XVI nos recuerda que «Pascua es la fiesta de la nueva creación. Jesús ha resucitado y no morirá de nuevo. Ha descerrajado la puerta hacia una nueva vida que ya no conoce ni la enfermedad ni la muerte. Ha asumido al hombre en Dios mismo.» (7 de abril 2012). La resurrección renueva todas las cosas y le devuelve el sentido a toda la creación. En esa renovación se da la victoria respecto del poder del mal y de las consecuencias que esto ha instalado en el mundo. Todo lo porvenir adquiere un nuevo significado y una nueva forma desde Cristo.

«En la Vigilia Pascual, la noche de la nueva creación, la Iglesia presenta el misterio de la luz con un símbolo del todo particular y muy humilde: el cirio pascual. Esta es una luz que vive en virtud del sacrificio. La luz de la vela ilumina consumiéndose a sí misma. Da luz dándose a sí misma. Así, representa de manera maravillosa el misterio pascual de Cristo que se entrega a sí mismo, y de este modo da mucha luz.» La luz ilumina, da claridad, nos permite la comunicación y la subsistencia, nos evita caer, nos lleva a la verdad. Esto y muchas cosas más nos traen Cristo en su resurrección.

Quisiera invitarlos a vivir este día con todo lo que ello significa: es el día más importante del año, es la fiesta más solemne, es la Resurrección.

Te deseo una feliz Pascua de Resurrección.

P. Martín


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