SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO - CICLO B

Primera lectura: Daniel 7, 13-14; Salmo 92, 1ab. 1c-2. 5 (R.: 1a); Segunda lectura: Apocalipsis 1, 5-8; Evangelio: Juan 18, 33b-37.

 



No es casual que la persona de Jesucristo se identifique con el reinado. De hecho, en la época de Jesús muchos esperan un rey mesías que cambie el clima que se vivía en ese momento, un clima de tensión y de sufrimiento al vivir subyugados por el imperio romano.

En el Evangelio, Jesús le dice claramente a Pilato que Él es Rey. Jesucristo no lo hace por presumir ni porque se quiera sentir superior, lo dice porque otros lo reconocen como tal, no se arrogó un título real, sino que acepta lo que los demás van viendo y constatando.

Si vamos un poquito más allá veremos que Israel ha tenido reyes durante una gran etapa de su historia y encontramos grandes personajes como David y Salomón. En Lucas 3 y Mateo 1 vemos que Jesús es descendiente directo de David. Por eso, insisto, que no es casual que se identifique a Jesús con un personaje real.

En segunda instancia, a Jesús lo identificamos con el Mesías. Como decía en las primeras palabras los judíos de la época esperaban un Mesías Rey y en la vida y obras de Jesús se iba viendo que era algo que se estaba cumpliendo. Cuando pensamos en el Mesías Rey no podemos imaginar a un personaje bravucón, violento, insolente, que quiere acabar con sus enemigos a como de lugar, haciendo uso de la fuerza. Como también le dice Jesús a Pilato «Mi reino no es de este mundo», es decir, que Jesús viene a traer un reino distinto, un reino de paz, de verdad, un reino donde Él es el centro de todo y todo permanece en Él.

En ese sentido, la lucha que emprende Jesús no es una lucha militar ni de reivindicación social. La lucha que emprende Jesús es contra el espíritu del mal que ha desatado los demás males en el mundo. Esa lucha no se logra ni con la fuerza ni la violencia, sino puestos delante de Dios y ese mismo Dios ofrece todo para rescatarnos del desastre que introdujo el pecado en el mundo.

El reino que trae Jesús no es una soberanía personal ni solo para su propio beneficio. El reino de Jesús es para todos y quiere llegar a todos. Es cierto que en este momento no llega a todos, tenemos que ser objetivo, sin embargo, ese reino se va difundiendo progresivamente en el mundo y quiere llegar a todos los hombres. Por esa razón, poco a poco, va creciendo el reino como la semilla de mostaza, como aquel árbol donde todos son acogidos y como tantas otras imágenes que Jesús ha puesto para mostrarnos esas características tan sencillas del reino que viene a instaurar. Es un reino en donde más que lo del mundo debe resaltar lo del cielo.

Jesucristo es nuestro rey. Debe reinar en nuestro corazón, debe guiar nuestra vida social, nuestra conducta, nuestro proceder, debe ser el que me orienta mi camino, Él es mi verdad y mi vida, el que es, era y será. Jesucristo es nuestro soberano.

En este tiempo, lamentablemente, se nos impulsa a vivir en una soberanía al margen de Dios, queriendo poner el consenso y la convención como criterio y norma, olvidándonos que Jesucristo nos plantea una vida plenitud y de felicidad, una vida que va por el bien, una vida con sinceridad. Depende de cada uno de nosotros que reconozcamos a Jesús como nuestro soberano y el rey de nuestro corazón.

En este domingo podemos agradecerle al Señor que Él es nuestro rey y que todo está sometido a Él, aunque se nos quiera imponer otro tipo de soberanías. Él debe ser el soberano en nuestro corazón y que su reino llegue a todos los hombres y transforme el mundo entero poniéndonos en el amor a Él y al prójimo.

Feliz día de Jesucristo Rey del Universo.

P. Martín

Pd. Comparto una reflexión anterior que puede complementar.

https://pmartinreflexiones.blogspot.com/2021/11/solemnidad-de-jesucristo-rey-del.html


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