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Mostrando entradas de julio, 2023

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A

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Primera lectura: 1Reyes 3, 5. 7-12;   Salmo 118, 57 y 72. 76-77. 127-128. 129-130 (R.: 97a); Segunda lectura:  Romanos 8, 28-30; Evangelio:  Mateo 13, 44-52. El sueño es uno de los lugares donde Dios se manifiesta. Pensemos, por ejemplo, en San José. Todas las manifestaciones venidas de lo alto eran en sueños. Este domingo vemos como Dios le habla en sueños a Salomón. Para los que no lo saben, Salomón es hijo del Rey David y brillaba por sus juicios bastante equilibrados. En este sueño Dios le propone «Pídeme lo que deseas que te dé». Es una propuesta bastante tentadora. ¿Qué haríamos nosotros si recibimos una propuesta así de Dios? Salomón no pide nada para su conveniencia ni ventaja personal. Él pide «Concede, pues, a tu siervo, un corazón atento para juzgar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal».  Esto agradó a Dios, por eso le dice  «Te concedo, pues, un corazón sabio e inteligente».  Es una buena petición que podemos hacer este domingo. Es interesante que en la oración c

DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO

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Primera lectura: Sabiduría: 12, 13. 16-19; Salmo 85, 5-6. 9-10. 15-16a (R.: 5a); Segunda lectura: Romanos 8, 26-27; Evangelio: Mateo 13, 24-43. En la primera lectura de este domingo hay tres palabras que quisiera resaltar: justicia, indulgencia y arrepentimiento. Dios, como dice la lectura, cuida de todo, nada se escapa de Él, todo lo sabe, no podemos escondernos ni esconder nada de Él. Precisamente todas esas capacidades hacen que vea, por decirlo de alguna manera, las fortalezas y las deficiencias de las criaturas. Ante ello, solo puede actuar con indulgencia, porque es consciente que las creaturas no somos perfectos. Pero la indulgencia no se puede confundir con que Dios es tonto. Dios es justo e indulgente. No olvidemos que en el lenguaje bíblico la justicia se identifica con la santidad, por ello, cuando leemos que Dios es justo y juzgará podemos pensar en que Dios es santo, nos quiere santificar y debemos dejarnos santificar para ser juzgados por nuestra santidad. La segunda le

DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A

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Primera lectura: Isaías 55, 10-11;  Salmo 64, 10. 11. 12-13. 14 (R.: Lc 8, 8); Segunda lectura:  Romanos 8, 18-23; Evangelio:  Mateo 13, 1-23 La oración colecta de este domingo empieza diciendo algo interesante: «Oh, Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al camino» . Dios nos va revelando progresiva y pedagógicamente la luz de la verdad a nosotros que andamos extraviados. Dios no nos impone de golpe las cosas, sino que, como un buen pedagogo, nos va sacando del extravío y la confusión para llevarnos a esa luz que ilumina. ¿Cómo lo hace? A través de su Palabra. Dios nos va hablando siempre y depende de nosotros de cómo recibimos su Palabra. Su palabra no es infecunda, es poderosa y, como dice la primera lectura «Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que cumplirá mi deseo y llevará a cabo mi encargo». Su palabra poco a poco va entrando en nuestra mente y corazón, aumenta nuestra fe (como dice San Pablo:

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A

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Primera lectura: Zac 9, 9-10; Salmo 144, 1-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R/.: cf. 1); Segunda lectura: Rom 8, 9. 11-13; Evangelio: Mt 11, 25-30. Este domingo quisiera compartir la reflexión tomando también la oración colecta, que, a mi parecer, va muy de la mano con las lecturas de la misa. La oración comienza diciendo, dirigiéndose al Padre: “Oh, Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída” . Dios quiere rescatarnos del pecado y de la muerte. Sabemos que este fin se logra a través del Misterio Pascual de Cristo. Gracias a la venida de Cristo al mundo, Él tomó carne y fue la víctima que se ofreció por los pecados de todos nosotros. Por eso, que interesante es la primera lectura cuando nos dice: “¡ Alégrate, Jerusalén! Mira que viene tu rey” . Será Jerusalén el lugar de la victoria, es donde, aunque se lea cruel, el Hijo - Rey será humillado y, en esa humillación, nos levantará y nos devolverá la dignidad perdida. Pero si vamos un poco más allá, si pensamos en l

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A

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Primera lectura: 2 Reyes 4, 8-11. 14-16a; Salmo 88, 2-3. 16-17. 18-19 (R.: 2a); Segunda lectura: Romanos 6, 3-4. 8-11; Evangelio: Mateo 10, 37-42. La reflexión de este domingo quisiera hacerla a partir de la oración colecta de este domingo. Debo decir que, a diferencia de las lecturas dominicales, que se leen cada tres años, la oración colecta se reza todos los años y, en el caso del tiempo ordinario, se repite en los días donde no se celebra el recuerdo litúrgico de algún santo. Empezamos diciéndole a Dios “Que por la gracia de la adopción has querido hacernos hijos de la luz” . Esa gracia de la adopción la recibimos por el Bautismo, precisamente de lo que se nos habla en la segunda lectura. Interesante lo que nos dice San Pablo: “Cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte.” Ser bautizado, ser hijo de la luz, recibir la gracia de la adopción implica el morir y resucitar en Cristo. Ya, por la gracia del bautismo, podemos participar de este misterio aq