SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD - CICLO B

Primera lectura: Deuteronomio 4, 32-34. 39-40; Salmo 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22 (R.: 12b); Segunda lectura: Romanos 8, 14-17; Evangelio: Mateo 28, 16-20.


Celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Su origen está en el siglo IX en un contexto monástico y es en siglo XIV cuando se introduce en el calendario universal. Si bien su inclusión es tardía, desde siempre hay una devoción a la Santísima Trinidad. A quien adoramos en esta fiesta es a Dios vivo, un Dios formado de tres personas.

Empecemos por reflexionar algunos puntos fundamentales: Dios es un misterio. No lo decimos en el sentido que es algo escondido, sino hablamos de algo profundo e inabarcable. Dios no se conoce totalmente, sino que conocemos algo de Él. Ese algo ya es bastante. ¿Cómo nos podemos acercar al misterio de Dios? 1. Con profunda humildad. Dios no se muestra a los sabios, a los entendidos, a los que piensan que pueden controlar todo y a todos. Dios se muestra a los mansos y humildes de corazón. 2. Con corazón limpio: En el evangelio de San Mateo se dice que son bienaventurados los limpios de corazón porque verán a Dios. 3. Con mucho respeto y adoración: No estamos hablando de cualquier ser, estamos hablando, por usar una expresión metafísica, del Ser en sí mismo, del Ser supremo. Cuando nos acercamos ante el misterio de Dios, solo podemos sacarnos las sandalias y adorar como Moisés ante la zarza ardiente.

Dicho esto, a modo de preámbulo, veamos algunos detalles más que se ven en las lecturas de este domingo:

En el Evangelio, Jesús manda bautizar «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo». Una de las tareas de Cristo es revelarnos a Dios. Para el pueblo judío fue largo el proceso para llegar al monoteísmo estricto, es decir, que entendieran que solo hay un Dios. Fue mas complicado todavía entender que hay un Dios formado de tres personas. Para nosotros mismos es difícil entender quién es Dios, porque significa superar algunos conceptos que, por la experiencia cotidiana, parece que los hemos encasillado. Por ejemplo, el concepto de ser, persona, tipos de persona, etc. Por otro lado, nosotros cuando pensamos en Dios, inmediatamente pensamos en el Hijo, en Jesús. Dios es uno solo y formado de tres personas, la Santísima Trinidad.

En la primera lectura nos dice Moisés que Dios es un Dios cercano. Algunos pensadores han identificado a Dios como lejano y desinteresado del porvenir de los seres humanos, sin embargo, leyendo a Moisés, podemos ver que Dios nos habla y está muy cerca de nosotros. Dios nos da señales de que está presente en el destino del ser humano, de la creación y del universo. Él rige los destinos y da libertad a los seres humanos para obrar según crean conveniente.

Así mismo, también en esta lectura vemos como Dios dispone y determina todo para nuestro bien y nuestra felicidad. Dios no nos ha hecho para el fracaso o la derrota. Él nos quiere bien y quiere ayudarnos para conseguir ese fin.

En ese sentido, como podemos ver en la segunda lectura, San Pablo nos advierte que los que se dejan llevar por el Espíritu Santo somos hijos de Dios. Jesús es el Hijo por naturaleza y nosotros somos los hijos en el Hijo, hemos sido adoptados por el Padre y quiere ver en nosotros el reflejo de su Hijo. «Si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.»

Pidámosle a Dios, con profunda humildad, que nos haga entender un poquito del misterio de Dios y que le amemos más.

Buen domingo en la presencia del Señor.

P. Martín

Pd. Añado la reflexión precedente de este ciclo B: 

https://pmartinreflexiones.blogspot.com/2021/05/solemnidad-de-la-santisima-trinidad.html

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