FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA - CICLO C
Primera lectura: Sirácida 3, 2-6. 12-14; Salmo 127, 1-2. 3. 4-5 (R.: cf. 1); Segunda lectura: Colosenses 3,12-21; Evangelio: Lucas 2, 41-52.
Este domingo celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. Hoy es un buen día para reflexionar sobre el valor de la familia y su lugar en la Iglesia y en la sociedad.
Nunca será poco recordar que hay empeños de muchos organismos por querer destruir la familia. Tampoco podemos negar que, por diversas circunstancias, se ha generado en algunos muchos un desencanto por la vida conyugal y la vida familiar. Hoy en día los jóvenes que ya están en edad de constituir un hogar no creen en que valga la pena tener una familia de padre y madre con hijos, más bien se viene imponiendo un estilo de vida libre de compromisos, libre de hijos, para poder disfrutar de una pseudolibertad y poder disfrutar al máximo la soltería.
Yo quisiera invitarlos a reflexionar sobre la vida de familia de José y María. Empezando por María que ya posee una santidad y al estar limpia de pecado con cuánto cariño llevaría las obligaciones de esposa y de madre. José también, no solo santo sino también un gran caballero, como se haría responsable del cuidado de su esposa y su Hijo. Cómo sería ese trato dentro del hogar Cómo serían esos momentos juntos. Qué consejos darían José y María a Jesús. Cuántas cosas buenas aprendería Jesús del ejemplo de su padre y su madre. Entrar en el misterio de la Sagrada Familia es contemplar el ideal y el prototipo de la vida familiar.
La primera lectura de este domingo nos recuerda a los hijos la bendición que se puede alcanzar en la medida que honremos a nuestros padres. Lamentablemente podemos ver que hoy en día se está perdiendo el respeto por la autoridad de los padres. Vemos muchas situaciones de desobediencia, altanería, violencia verbal, psicológica y física de parte de algunos hijos que han olvidado que los padres han hecho muchos sacrificios por ellos. De repente no nos toca directamente, pero existen casos en donde hay abandono de los padres ancianos ya sea en el mismo hogar o dejándolos en lugares de asilo o acogida, Y lamentablemente los hijos olvidan a aquellos que se han esforzado por darles lo mejor o simplemente cargan con ellos como si fuera un peso que hay que soportar. La lectura nos recuerda que el trato que demos a nuestros padres no se verá olvidado por Dios y nos servirá como reparación por nuestros pecados.
En la segunda lectura de San Pablo a los colosenses en la parte final encontramos una serie de consejos bastante útiles para la vida familiar. En primer lugar, habla del respeto de las esposas a sus esposos. Hoy con todo lo que se habla de la igualdad entre varón y mujer, pareciera que hay un empoderamiento parcial, pero no equilibrado. Podemos ver en la vida cotidiana que hay mujeres que también maltratan a sus esposos, los ofenden, los humillan. No vamos a negar que también los hay de parte de los esposos respecto de las esposas, pero también hay casos donde las esposas a veces abusan de sus esposos. Sé que decir esto no es agradable, pero la lectura recomienda a las esposas el respeto a los esposos. Luego a los esposos les recomienda el amor a sus esposas. Hay algunos esposos que luego de conseguir el matrimonio suelen ser ácidos e ingratos con sus esposas. Olvidando que, en algunos casos, no solo se dedican al cuidado del hogar y de los hijos, sino que también por la necesidad desarrollan algún empleo. Por esa razón se exhorta los esposos a ser detallistas, cariñosos, amables, atentos con las esposas. Y finalmente se recuerda algo que ya hemos hablado que es la obediencia de los hijos respecto de los padres y también que los padres no exasperen a sus hijos. Sobre todo, en algunos casos por cuestiones culturales pues a los hijos los llenan y los abruman de cargas y responsabilidades olvidando que también es necesario el legítimo descanso y la distracción. En absoluto insinúa la complicidad con el mal porque hay algunos padres que tapan los errores de los hijos.
Finalmente, vemos en el Evangelio la escena de la pérdida del Niño Jesús y el encuentro en el templo. Jesús desde muy pequeño ya se dedicaba las cosas de su padre como algo muy con natural. En nuestro tiempo, da mucha pena cuando los padres de familia impiden a sus hijos tener una experiencia religiosa considerándola como una pérdida de tiempo o, incluso, como algo que no es necesario, reduciéndola a una especie de espectáculo social cuando simplemente se limitan a recibir la confirmación y la primera comunión. Si bien es cierto María y José estaban preocupados con Jesús y de repente no captaron en primera instancia su respuesta de repente en el paso de los días y de la vida se dieron cuenta que las cosas de su padre eran su entorno vital y que era necesario para él hacer esa experiencia de intimidad con Dios para poder continuar con todo lo que le exigía como hijo.
Dice, finalmente el Evangelio, que estaba sujeto a ellos. Jesús no es un desobediente todo lo contrario da ejemplo de una vida correcta como hijo ante sus padres. Eso mismo contemplaremos cuando él va haciendo la voluntad de Dios.
Buen domingo en la presencia el señor y mis mejores deseos para el nuevo año y buen inicio del Año jubilar 2025.
P. Martín
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