SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD - CICLO C
Primera lectura: Proverbios 8, 22-31;Salmo 8, 4-5. 6-7a. 7b-9. (R.: 2a); Segunda lectura: Romanos 5, 1-5; Evangelio: Juan 16, 12-15.
Celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad. Es uno de los grandes misterios de la fe, porque reconocemos a Dios uno y trino. Y empecemos diciendo de que este no es un descubrimiento humano, si no qué es una benevolencia de Dios para con los hombres. Puede parecer duro, pero Dios no tenía ninguna obligación de rebelarse a la humanidad, sin embargo, su amor es tan grande para con nosotros que se ha dado a conocer. Esto, como se dice en la primera oración de la misa, lo hemos recibido gracias al envío del Verbo y del Espíritu Santo. Aquí podemos entender que Dios siempre tiene la iniciativa de relacionarse con los seres humanos.
Una segunda idea que podemos reflexionar es la relación personal de Dios con los hombres. Como sabemos hay un solo Dios formado de tres personas. ¿Y por qué son personas? Por qué son capaces de relacionarse con otras personas. Para eso debemos recordar que existen tres tipos de personas: las divinas, las angélicas y las humanas. En ese sentido, también estamos ante otro detalle de la benevolencia de Dios. Así como Dios no tenía obligación de revelarse a nosotros, tampoco tenía la obligación de relacionarse con nosotros. Aún así, Dios quiere tener una relación personal con cada uno de nosotros.
Con cada persona de la Santísima Trinidad podemos tener una relación profunda y amorosa. Podemos relacionarnos con el padre que es el creador y que tiene en sus manos el destino de todas las criaturas del mundo y el universo. El Padre es el que sabe el día y la hora donde terminará «la apariencia de este mundo». Podemos relacionarnos con el Hijo, el Verbo que se hizo carne y que ha experimentado como hombre las tentaciones y las dificultades que nosotros pasamos día a día. Con el Espíritu Santo que es quien nos ilumine y guía para una vida que vaya buscando la santidad.
Una tercera idea, sobre todo leyendo el evangelio de este domingo, es que uno va a ir conociendo a la santísima Trinidad en la medida que vaya tratando con ella. ¿Cómo podemos tratar con Dios? Con la oración, con el alma limpia y con la formación. Nosotros podemos entrar en el mundo de Dios a través de la oración y la liturgia, donde tenemos una experiencia personal y comunitaria de su presencia. Una buena confesión limpia el alma para que Dios habite en ella, es lo que se llama la inhabitación trinitaria, y Dios hará morada en nuestra alma. Y mediante una buena formación podremos ir conociendo un poco más del misterio de Dios. No lo abarcaremos todo pero podremos profundizar en su ser.
Finalmente, no nos olvidemos que Dios es amor. El domingo pasado recibíamos el don del Espíritu Santo, en la semana santa contemplamos el infinito misterio del amor de Dios que entrega a su hijo para que nosotros podamos ser salvados. Por esa razón, todo en Dios es amor y quiere regalarnos ese amor en un conocimiento personal de Él. No ignoremos aquel que nos ama infinitamente.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
P. Martín
P.d. Comparto una reflexión anterior que puede complementar.
https://pmartinreflexiones.blogspot.com/2022/06/solemnidad-de-la-santisima-trinidad.html?m=1
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