PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Primera
lectura: Deuteronomio 26, 4-10; Salmo 90, 1-2. 10-11. 12-13. 14-15 (R.: 15b); Segunda
lectura: Romanos 10, 8-13; Evangelio: Lucas 4, 1-13.
Hace unos días hemos iniciado la cuaresma. Es un tiempo donde Dios nos da la oportunidad de prepararnos a través de una serie de medios espirituales para la Pascua y resucitar con Cristo. El miércoles de ceniza se nos hablaba de la limosna, la oración y el ayuno, que serán los medios que nos ayudarán en este tiempo penitencial.
Junto con ello también será
un tiempo de lucha. Con Jesús salimos al desierto para poder vencer aquellos
enemigos que nos asedian frecuentemente y no nos dejan avanzar y crecer en la
vida cristiana. También vamos a nuestro desierto, en nuestro día a día, y
seremos tentados por el maligno de diferentes formas. Lo importante es saber
vencer la tentación y no dejarnos pisotear por ella.
Como ejemplo de lucha tenemos
al mismo Jesucristo. Lleno del Espíritu Santo, después de su Bautismo, fue
impulsado a ir al desierto y, luego de 40 días de ayuno, fue tentado por el
maligno. El número 40 no es casual porque también otros acontecimientos de la
historia de la salvación están marcados por ese número. Por ejemplo, los 40
días y 40 noches que pasó Moisés sin agua y sin comida en el monte Sinaí; los
40 años que caminó el pueblo de Israel en busca de la tierra prometida; los 40
días que Elías pasó buscando alimento. Con ello, se une a Jesús a los grandes
personajes bíblicos.
La primera tentación
refiere al alimento. Visto humanamente puede parecer algo insignificante, sin
embargo, va más allá de solo convertir un pan. A la luz de este pasaje lucano
lo que el maligno le propone a Jesús es satisfacerse a sí mismo, dicho de otra forma,
caer en el egoísmo. Pensemos en las oportunidades en que multiplicó los panes,
pero para asistir a sus prójimos. Aquí no es así, lo que busca el maligno es
que Jesús piense en obrar solo para sí mismo. Seguramente que Jesús tendría
necesidades personales e individuales, pero esta tentación seguramente traería
inquietud y, como Dios, se daría cuenta que esto no es así. Por eso su
respuesta sabia es con la Palabra de Dios: «No solo de pan vive el hombre». Así
Jesús vence el individualismo y la autosuficiencia.
La segunda tentación
refiere al poder. En todos los tiempos el ser humano de alguna u otra manera
quiere alcanzar poder, dominio, soberanía. Por ello, en muchas situaciones,
muchos se han sabido comprometer con todo lo que tienen a su alcance para
conseguir ese fin. El diablo le dice a Jesús que si se arrodilla ante él le
daría todos los reinos y todo el poder del mundo. Jesús no lo necesita porque
sabe que Él es rey. Jesús no se presta para un show, él es realista y sabe que
no necesita del maligno para conseguir el poder y la soberanía, sobre todo.
Como dice San Pablo «Todo fue creado por él y para él».
La tercera tentación refiere
sobre tentar al Señor. En algunas situaciones, algunas personas tientan al
Señor. Por ejemplo, cuando le dicen que si no hace determinado prodigio dejan
de creer en él, o que tiene que hacer algo que yo le pido independientemente de
su voluntad. El diablo piensa que puede darle órdenes a Jesús, y para ello se
sabe informar de la Sagrada Escritura para que pareciera que es algo lógico lo
que solicita. Pero Jesús que lo sabe todo, sabe responderle: «No tentarás al
Señor tu Dios».
En este domingo podemos
pensar en las veces que somos tentados por el maligno y, que, con mucha
facilidad, caemos fácilmente. Así como a Él, también a nosotros nos pasará que
el maligno volverá en otra ocasión a tentarnos.
Como hemos pedido en la
oración inicial, con un conocimiento del misterio de Cristo podremos conseguir
una conducta digna. Sin conocer a Jesús será muy difícil poder vencer al poder
del mal.
Que vivamos bien esta Santa
Cuaresma en este Año Santo.
P. Martín
Pd. Comparto una reflexión
anterior que puede complementar.
https://pmartinreflexiones.blogspot.com/2022/03/primer-domingo-de-cuaresma.html
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