DOMINGO DE RAMOS DE LA PASIÓN DEL SEÑOR - CICLO C
Evangelio de la bendición de ramos: Lucas 19, 28-40; Primera lectura: Isaías 50, 4-7; Salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 (R.: 2a); Segunda lectura: Filipenses 2, 6-11; Pasión según san Lucas 22, 14—23, 56.
Hemos llegado a la Semana Santa. Para los cristianos es el momento más especial del año, aunque la lógica comercial nos haga creer que la Navidad es el más importante. En esta semana contemplaremos el infinito amor de Dios para con cada uno de nosotros. No hablamos de un amor genérico ni generalizado, hablamos de un amor personal, para cada uno de nosotros. Y esto lo vemos a lo largo de toda la vida de Cristo, pero de un modo especial en su entrega en la Pasión, Muerte y Resurrección. El mismo Señor nos dirá que nadie tiene amor más grande que dar la vida por los amigos y esto es precisamente lo que va a hacer por cada uno de nosotros en estos días. Entregará humanamente todo.
Nosotros estamos llamados a
acompañar a Jesús en este camino hacia la Cruz que terminará en la gloriosa
resurrección. Marquemos la diferencia con tantos millones de personas que
aprovecharán estos días para dedicarlos a otros menesteres, lejos del
significado de estos días. No seamos indolentes ante ese misterio de salvación
que el Señor va a realizar en favor de cada uno de nosotros.
Siguiendo la tradición
litúrgica de Jerusalén con la entrada de Jesús en Jerusalén, escuchamos el
evangelio de San Lucas. Un detalle es cuando el evangelista señala que Jesús
iba delante de sus discípulos subiendo hacia Jerusalén. Jesús no se esconde
ante la Cruz, Él va adelante dando la cara, no se corre el sufrimiento. Sabemos
que en el lenguaje lucano subir a Jerusalén no es más que referirse al subir a
la cruz. Como seres humanos podemos sentir miedo en algún momento, por alguna
situación complicada, pero vemos a Jesús que nos enseña que aún en lo más
difícil debemos afrontar las situaciones que nos toca vivir.
Otro detalle interesante es
que Jesús entrará como un rey cumpliendo las profecías. No pensemos en el
pollino como un animal de segunda categoría. Algunos estudiosos señalan que era
un animal noble. Además, vemos cumplirse en Jesús las promesas como el nuevo
David. Y ello lo reconocerá la multitud que lo acompañaba. No olvidemos que, cercana
a la Pascua, muchos judíos se acercaban a Jerusalén para la celebración. Por
eso, tiene ese matiz de alegría.
Y la segunda parte de la
misa, de tradición romana, se enfoca en la Pasión del Señor. De ahí que el
nombre completo de este día sea Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Pues
el único domingo del año que en la Misa se lea la Pasión.
En la primera lectura
podemos leer del profeta la profecía de Los sufrimientos físicos que padecerá
el señor. Jesús, en los últimos momentos de su vida, ha sufrido muchísimo, algo
que un hombre común no podría resistir. Incluso ese sufrimiento lo llevará a
pensar en el abandono de Dios. Dirá «Padre, si quieres, aparta de mí este
cáliz» o «Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado»
Todo esto lo ha padecido por
amor. Toda esta semana veremos el infinito amor que Dios tiene por cada uno de
nosotros de modo personal. Y esto lo veremos en la cruz.
Sería bueno reflexionar
sobre todo el maltrato físico que recibió Jesús: cómo fue apresado en el monte
de Los olivos, cómo fue llevado ante sus acusadores, cómo se burlaron de él y
lo abofeteaban, De qué forma le colgaron la cruz en sus espaldas llagadas por
la flagelación, cuánto le dolería la incrustación de la corona de espinas, cómo
se estremecería clavado en manos y pies en la cruz, cómo sentiría la asfixia
por la posición que tendría cuando estaba elevado. Todo eso lo ha sufrido por
nosotros.
También sería bueno pensar
en los sufrimientos morales que ha pasado. Lo acusaron injustamente, lo
insultaron, lo calumniaron, se burlaron de él, no lo escucharon. Incluso hasta
el último momento clavado en la cruz uno de los ladrones se atrevió a burlarse
de él y, como si fuera poco, algunos soldados y magistrados, viéndolo elevado
en la cruz, hacían lo mismo.
Es por eso, queridos
hermanos, que estos días nos deben ayudar a reflexionar sobre lo que Dios viene
haciendo por cada uno de nosotros y por la paciencia que nos tiene. Siendo
conscientes de esto no podemos desaprovechar esta oportunidad que Dios nos da para
contemplar el infinito amor que tiene por cada uno de nosotros. Puede ser una
descripción dura de lo que va a suceder, pero lo hace para favorecernos a
nosotros. ¿Lo vamos a abandonar?
El Señor no nos guarda
rencor. Desde la cruz dirá: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
¡Cuánta paciencia nos tiene Dios!
La algarabía de la entrada
de Jesús en Jerusalén nos debe recordar que entra el rey para vencer. La
sobriedad de la pasión nos tiene que poner delante de la victoria sobre el
poder del mal. Jesús vence desde el amor. Pidámosle que experimentemos ese amor
durante estos días y que no les seamos indiferentes ante todo lo que va a ser
por nosotros.
Que pasen una buena Semana
Santa.
P. Martín
P.d. Comparto una reflexión anterior que puede complementar:
https://pmartinreflexiones.blogspot.com/2022/04/domingo-de-ramos-de-la-pasion-del-senor.html
Grscias Padre Martín por la reflexión de la Palabra del Señor
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