LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR - CICLO B

Primera lectura: Hechos de los apóstoles 1, 1-11; Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9; Segunda lectura: Efesios 1, 17-23; Evangelio: Marcos 16,15-20.

CONVIENE QUE JESUS SUBA AL CIELO

En el Evangelio de Juan 16, 7 dice: "Les conviene que yo me vaya. Por que si no me fuere, el abogado no vendrá a ustedes; pero, si me fuere, se lo enviaré". Por eso, este comentario lo titulo que nos conviene que Jesús se vaya para que pueda enviarnos su Espíritu. 

En la primera lectura vemos algunos detalles interesantes: 

1. Jesús aparece resucitado por 40 días (He 1, 3). No es poco tiempo. Es un tiempo largo para que los primeros cristianos se sientan fortalecidos en la fe en el resucitado. La resurrección sigue siendo, incluso en nuestros días, algo difícil de entender, por ello cuán conveniente ha sido pasar con Jesús este tiempo a su lado para convencernos de la realidad de la resurrección. Por eso, dice también que dio "numerosas pruebas". Es el único pasaje del Nuevo Testamento donde se afirma de una experiencia tal con Jesús en la cual se ha dado pruebas suficientes para demostrar este acontecimiento. 
2. Les da el mandato de no apartarse de Jerusalén. (Al escribir estas líneas pienso en el sufrimiento que están pasando en este lugar a causa de bombardeos). Jerusalén se convierte en el espacio concreto donde se derrama el don de Dios en muchos sentidos. Allí es donde Jesús asegura el el "Bautismo" en el Espíritu Santo dentro de no muchos días (He 1,5). 
3. Le preguntaron si ese era el momento que iba a restablecer el Reino de Israel. Esa pregunta, que la sabía bien Jesús, nos evidencia que todavía falta el Espíritu Santo en ellos para entender que la misión de Jesús iba por otro lado. Ya lo dice en su proceso judicial: su Reino no es de este mundo, su Reino es Él mismo dentro de nosotros.
4. Gracias a ese Bautismo en el Espíritu Santo recibirán una fuerza que descenderá sobre ellos y los hará testigos. Es ese Espíritu que nos llevará a la Verdad plena (Jn 16,13) y poseyendo la verdad podremos dar testimonio, no de una idea, sino de Jesucristo, la verdad personificada. Esto implica que el Espíritu vendrá a recordarnos quién es Jesucristo, y esto mismo es lo que maravillosamente acontece en la Liturgia de la Iglesia cuando oímos la Palabra y Jesús va creciendo en nuestro corazón.
5. "Dicho esto, lo vieron levantarse hasta que una nube se lo quitó" (He 1,9): El catecismo de la Iglesia Católica 665 dice: "La ascensión de Jesucristo marca la entrada definitiva de la humanidad de Jesús en el dominio celeste de Dios de donde ha de volver (cf. He 1, 11), aunque mientras tanto lo esconde a los ojos de los hombres (cf. Col 3, 3)."
6. Se quedaron mirando al cielo: La falta del Espíritu Santo nos hace quedarnos absortos y sin entender algunas cosas. Oigamos las voces que nos recuerdan que Jesús volverá y estará con nosotros en su segunda venida.

En la segunda lectura, San Pablo pide a Dios que nos de Espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Nuevamente nos damos cuenta que sin el Espíritu las cosas divinas no se entienden. San Pablo lo pide para que comprendamos lo que nos quiere dar Dios y para entender lo que significa que Cristo haya resucitado y esté sentado a la derecha de Dios.

Y en el Evangelio de hoy vemos, también, algunos detalles importantes: 1) El mandato de ir al mundo entero. 2) El creer y ser bautizado en Jesús nos trae la salvación. 3) Hay signos que acompañaran a los que crean: echar demonios, hablar lenguas nuevas, coger serpientes y beber venenos y no les hará daño, imponer la manos a los enfermos y curarlos. Después de hablarles subió a los cielos y se sentó a la diestra de Dios para ser glorificado. 

La Ascensión es un modo de exponer el triunfo cósmico que alcanza el Resucitado y con el que toma posesión del universo entero, para recapitular en sí todo lo creado y entregar al Padre su Reino completado. 

Nos conviene que Jesús suba al cielo para que nos envíe a su Espíritu. Que sean días de prepararnos intensamente para el descenso del Espíritu Santo.

Buen domingo y sigamos con los cuidados.

P. Martín