QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Primera lectura: Isaías 43, 16-21; Salmo
125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R.: 3); Segunda lectura: Filipenses 3, 8-14;
Evangelio: Juan 8, 1-11.
En
la primera lectura Dios dice a través del profeta Isaías: «No recuerden lo de antaño,
no piensen en lo antiguo; miren que realizo algo nuevo; ya está brotando ¿no lo
notan?». Habiendo avanzado en este tiempo de cuaresma se pueden ir viendo
los frutos de esa conversión que se nos plantea en este tiempo. Una tentación
es volver la mirada a la vida pasada, al hombre viejo, aquello que está
viciado. Dios nos quiere ayudar con su gracia para poder transformarnos en
esos hombres nuevos, con una vida nueva, totalmente limpios por la gracia. Sin
duda alguna, esto no es un esfuerzo voluntarista de nuestra parte, aunque sí tenemos que poner algo de nuestra parte para que Dios ponga lo demás, su
gracia. Él quiere hacer una historia totalmente nueva con nosotros e irnos
configurando con su hijo Jesucristo, quiere que hagamos nuestra pascua.
Iniciada
esa transformación, podemos decir con San Pablo: «Todo lo considero pérdida
comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor». Nada
hay que se compare a conocer a Jesús.
Cuando habla del conocer, no se refiere solamente a un acto del
intelecto sino a una adhesión personal a aquel que se conoce. Es decir, conocer
es hacerme como aquel a quien conozco. Por lo tanto, en esa línea, conocer a
Cristo significará dejar aquello que me impide hacerme como Él.
También
el apóstol dirá: «Por Él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de
ganar a Cristo Y ser hallado en Él» es dura esta expresión. Todo lo que no es
Cristo es basura: algo que no nos sirve, algo de lo que podemos prescindir
porque no le encontramos utilidad ni llena nuestro corazón de felicidad. Todo
es basura al lado de Cristo y encontrar a Cristo lo es todo.
Líneas
después se dirá: «No es que ya lo haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo
persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo». Alcanzados
por Cristo es el momento más feliz que puede acontecer en nuestra existencia. Puede
haber otros momentos importantes y que nos llenan de alegría al recordarlos,
pero siempre quedará en nuestra historia marcado ese momento en el que nos
encontramos con Él y somos felices.
Todos
vamos caminando en búsqueda de esa nueva oportunidad. Lo vemos en el evangelio
de la mujer adúltera. Seguramente habría cometido un grave pecado, pero se
impone la misericordia. Le llevan a esta mujer a Jesús para que Él la pueda
sentenciar y así ponerlo a prueba. Jesús, usando el juicio la misericordia, no
condena a la mujer, le da una nueva oportunidad y le exhorta a no pecar más.
A
veces nosotros somos como sus acusadores. Vamos señalando a los demás sin
importar las consecuencias que pueda tener nuestros juicios, aunque no tengamos
autoridad para juzgar. Esto va más allá, nos tiene que llevar a compadecernos
de los demás y no colocarnos como sus jueces, que sentencian y condenan, si no,
como Cristo misericordioso que sabe dar una nueva oportunidad a aquel que la
puede haber perdido.
En
la imagen de la mujer adúltera también podemos ver a la humanidad entera a la
que Jesucristo le da una nueva oportunidad en medio de su adulterio. El
adulterio no es un pecado sencillo, tiene graves consecuencias. Sin embargo,
Jesús nos da una nueva oportunidad como la mujer adúltera. Jesús nos invita a
ser hombres nuevos marcados y llenos de su gracia.
Sigamos
viviendo este tiempo de cuaresma anhelando la conversión que Dios nos pide y
cambiando aquellas actitudes que nos pueden poner como jueces y no como
juzgados. Pasemos por el tribunal de la misericordia en la confesión
sacramental y dejemos que la gracia de Dios sea la que mueva nuestro corazón
hacia Dios buscando un arrepentimiento sincero y una vida nueva.
Buen
domingo en la presencia del Señor.
P.
Martín
P.d.
Comparto alguna reflexión anterior que puede ayudar
https://pmartinreflexiones.blogspot.com/2022/04/quinto-domingo-de-cuaresma-ciclo-c.html
Gracias Padre Martín Armando Vertiz por la Reflexión de la Palabra del Señor q Dios guarde su Santidad, Amén
ResponderEliminar